Sin suelo no hay vida
Alejandra Cervantes NeriTw: @lilly_alee
¿Sabía usted que 95% de los alimentos provienen del suelo, y que 33 % de estos en el planeta están degradados?
Al hablar del desgaste del entorno, lo primero que nos viene a la mente son los daños a la capa de ozono, el inminente cambio climático o la contaminación del mar. Sin embargo, el suelo es factor clave para la vida de los seres humanos, y también está en peligro.

Su composición se concentra de materia orgánica, minerales, organismos vegetales y animales. Esta es una capa delgada desarrollada a lo largo de los siglos. Un centímetro de suelo puede tardar en formarse hasta mil años, proceso donde intervienen microrganismos de plantas y animales que se decantan en materia orgánica.
El suelo también desempeña un papel fundamental para el óptimo funcionamiento de los ecosistemas; contribuye a la regulación del clima, agua, y de la biodiversidad. Además, retiene el triple de carbono que la atmósfera, y ayuda a luchar contra el cambio climático.
Sin embargo, debido a sus malas condiciones, 815 millones de personas sufren inseguridad alimentaria y 200 millones no disponen de alimentos nutritivos, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). La gestión adecuada de los suelos podría mitigar esta situación.
Más que conciencia... ¡acción!
Tanta es su importancia, que cada 5 de diciembre, desde 2014, se celebra el Día Mundial del Suelo, con el afán de invitar a la población a trabajar contra la pérdida de biodiversidad y de compartir experiencias sostenibles para recuperar un recurso que se pensaba infinito.

Este año, la celebración lleva por nombre “Mantengamos vivo el suelo, protejamos la biodiversidad del suelo”. Pretende crear conciencia sobre la importancia de mantener los ecosistemas saludables para garantizar, además, el bienestar humano con una gestión adecuada y eficiente.
Así como nuestro cuerpo, cada elemento que conforma el ecosistema, es fundamental para su óptimo funcionamiento. Debemos ver a nuestro planeta como un todo. Tanto mares, suelos, aire y biodiversidad son parte del equilibrio en la Tierra; sin uno de estos, peligra la existencia de los demás.
Insistamos y trabajemos por recuperar los suelos de los que nacimos y hacia los que iremos.