Salvemos el único río de la CdMx
Patricia Zavala Jiménez
vicepzavala@fsimilares.com
Uno de los pulmones más importantes de la capital es la cuenca del río Magdalena, que posee más de 2 mil 600 hectáreas de bosque y da vida al único caudal que existe en la Ciudad de México.
El río Magdalena nace a más de 3 mil 600 metros de altura en el cerro San Miguel y recorre el Parque Nacional de los Dinamos, ubicado en el sur de la capital.
En estas montañas se forman unas cañadas que convergen con el río Eslava, que baja del Ajusco.
A lo largo de 5 kilómetros, congrega a 900 especies de árboles, hongos, algas, anfibios, reptiles y mamíferos.
“Este es uno de los elementos principales para promover su conservación y asegurar la permanencia de este cuerpo de agua”, afirma Antonio Ordóñez, catedrático de la Facultad de Ciencias, de la UNAM.
Pese al valor ecosistémico del río y la escasez de agua que enfrenta la capital, el caudal de este río está cada día más contaminado por el crecimiento de la mancha urbana, que provoca el cambio en el uso de suelo.
Conforme se recorre el Parque de los Dinamos, el torrente va perdiendo su pureza, debido a la cantidad de basura.

Antonio Ordóñez, especialista en cambio climático, explica: “La demanda de agua ha menospreciado el papel fundamental del río y es contaminado con basura y descargas sanitarias que acaban con su calidad”.
Con motivo del Día Internacional de la Acción por los Ríos, que se conmemora el 14 de marzo, resulta fundamental conocer el estado actual de este afluente para crear conciencia sobre su preservación.
El también académico del Tec. de Monterrey destaca que este cuerpo de agua es importante al ser el único río vivo de la capital del país.
“Necesitamos limpiarlo, darle mantenimiento y buscar mecanismos más avanzados para captar todos los residuos contaminantes”.
Asimismo, se debe considerar que otro riesgo: las olas de calor que aceleran el proceso de evapotranspiración y disminuye su caudal.

“En las plantas, generalmente, se produce algo que se llama ‘evapotranspiración’ y los cuerpos de agua se van evaporando. Entonces, las olas de calor están relacionadas con el daño estructural de todo el ecosistema”.
Es importante precisar que los ríos, en conjunto con las masas de cobertura vegetal, brindan importantes servicios ambientales, por ejemplo, limpian el aire de contaminantes.
“Cuando hay contingencias ambientales por fuerte presencia de ozono, los árboles, dentro de sus estructuras moleculares, de su fisiología, ayudan a contrarrestar la contaminación”, explicó el biólogo.
Sin embargo, las descargas de residuos domésticos y comerciales ya afectaron considerablemente la calidad del agua del río Magdalena que cruza la calle Progreso, la avenida Universidad y nutre los Viveros de Coyoacán.
El último lugar donde se observa este afluente es en avenida Río Churubusco, donde, a pesar de estar entubado, se percibe la pestilencia y es evidente la basura que lo contamina.
Antonio Ordóñez detalla que este es un ecosistema que salva a toda la ciudad en la provisión de servicios ambientales y de agua.
Por ello, se deben tomar acciones para su recuperación sin comprometer los cuerpos de agua.
Sin duda, en medio de la crisis hídrica que enfrenta la Ciudad de México y gran parte del país, urge implementar acciones inmediatas. ¡Salvemos al río Magdalena!