Conmemora el Día Mundial de las Ballenas
Patricia Zavala Jiménez
vicepzavala@fsimilares.com
SíMiPlaneta, a través de la Organización Vida Silvestre (Ovis), colabora en la conservación de ocho especies de ballenas que visitan las aguas de los océanos mexicanos para reproducirse y alimentar a sus crías en la temporada invernal, que abarca de octubre a marzo.
Con motivo del Día Mundial de las Ballenas, que se conmemora el 19 de febrero, el biólogo Arturo Peña Jiménez, encargado de la oficina Loreto, BCS, de la Ovis, recordó que es fundamental tomar acciones para garantizar su permanencia en los océanos y resguardar su hábitat.
Pese a que, en 1986, la Comisión Ballenera Internacional prohibió la pesca industrial de estos cetáceos en una escala global. “Algunos países aún cometen caza ilegal, a esto se suma la contaminación marina con microplásticos, derrames de aceites, pero sobre todo la destrucción de su hábitat”, aseguró.

SíMiPlaneta las protege
Peña Jiménez destacó la labor de SíMiPlaneta, que apoya a Ovis, organización que desde 1996, trabaja en la protección y conservación de la isla El Carmen, parte del Parque Nacional Bahía de Loreto, en Baja California Sur, hábitat que las ballenas visitan anualmente.
Gracias al financiamiento de SíMiPlaneta, la asociación restaura la zona de manglares de la región, que beneficia directamente a los cetáceos.
“Los manglares se consideran dentro de los ecosistemas costeros más productivos en el sentido de biomasa, que es la parte utilizable dentro del ciclo de la vida porque son una fuente importante de aporte de alimentos”, explicó.
Las ballenas se alimentan de pequeños crustáceos (plancton y krill, este parecido a un camarón diminuto).
En ciertas temporadas del año, una ballena adulta consume más de tres toneladas de krill al día, una de las razones por las que visitan los mares mexicanos.
Arturo Peña señaló: “El manglar es un ecosistema mundial muy importante y, gracias al financiamiento de SíMiPlaneta, estamos trabajando arduamente para resguardar ese hábitat”.
La principal actividad productiva en la zona, desde 1978 y hasta 1985, fue la extracción salinera en más de 300 hectáreas, que condujo a la casi desaparición de los manglares.
SíMiPlaneta y Ovis trabajan para frenar el deterioro de las zonas degradadas; también las comunidades locales obtienen beneficios porque al comprometerse a restaurar sus terrenos, reciben un estímulo.

Protección especial
México tiene la fortuna de albergar ocho especies de ballenas: azul, gris, jorobada, franca del Pacífico Norte, Minke, Sei, Bryde y de aleta.
Todas se encuentran sujetas a protección especial, excepto la franca del Pacífico Norte, que está en peligro de extinción.
Nuestro país está comprometido en la conservación del hábitat que alberga a estos cetáceos, dando como resultado que en la última década se hayan contabilizado entre mil 200 y mil 600 individuos que migran hacia aguas nacionales.
Arturo Peña explicó que es una buena noticia, debido a que se está incrementando el número de ballenas en los océanos, sin embargo, destacó que no se debe bajar la guardia y se tiene que trabajar en la restauración del hábitat con una visión a largo plazo.
El más grande y ruidoso del mundo
De las ocho especies que visitan los mares mexicanos, la ballena azul antártica es la sorprendente por ser el animal más grande del planeta, llega a pesar 180 toneladas, equivalente a unos 33 elefantes y puede medir cerca de 33 metros de largo, como un edificio de 10 pisos.
De acuerdo con World Wildlife Fund, el tamaño de su corazón es comparable con un vehículo y es el animal más ruidoso de la Tierra, sus cantos para comunicarse con otros ejemplares alcanzan los 188 decibeles, mientras que el ruido de un jet llega a los 140.
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