¡Atrévete a reciclar tu ropa!
La industria textil es la segunda más contaminante del mundo, solo después de la petrolera, de acuerdo con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés).
Es importante tener en cuenta todos los procesos que intervienen para que una prenda de vestir llegue a nuestras manos, y así visualizar que cada uno de ellos requiere directa o indirectamente de elementos que propician un daño al medioambiente.

Por ejemplo, en la mayoría de los casos, son puntos de los que se desprenden más factores contaminantes; al momento de la producción se utilizan recursos naturales como el agua; para la distribución, se ocupan combustibles, cajas, papeles y todo lo necesario para el traslado; para la venta, suelen necesitarse bolsas de plástico, etiquetas y carteles; para el mantenimiento de la ropa destinamos detergentes y suavizantes; también el tiempo de uso que le damos a cada prenda y la falta de un destino final adecuado como lo sería el reciclaje, la donación o tomar alguna otra medida de desecho para no dañar la naturaleza, se convierten en aspectos contaminantes derivados de la industria.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se requieren 7 mil 500 litros de agua para producir unos jeans; el sector del vestido usa 93 mil millones de metros cúbicos de agua cada año, una cantidad suficiente para que sobrevivan cinco millones de personas.
La industria de la moda
La industria de la moda es responsable de 20 % del desperdicio total de agua a nivel global; la producción de ropa y calzado produce 8 % de los gases de efecto invernadero; cada segundo se entierra o quema una cantidad de textiles equivalente a un camión de basura.
Hay que considerar que los factores psicosociales y el incremento demográfico han fomentado una creciente demanda de ropa al año, la producción de prendas se duplicó entre 2000 y 2014.

La problemática va más allá en muchos sentidos, y todos podemos ser parte de la solución al cambiar nuestros hábitos de consumo; una manera es preguntarnos: ¿lo necesito de verdad?; reciclar la ropa que ya no queremos, utilizándola para la limpieza del hogar o creando otros objetos con ella, así como donar la que no vamos a usar. Otra forma es ayudar en lo que depende directamente de cada uno de nosotros a la hora de adquirir prendas, como lo es utilizar bolsas reciclables para tus compras, las cuales, además, las puedes reutilizar de muchas maneras.
Si ponemos nuestro granito de arena, ayudaremos a evitar en gran medida el deterioro irreversible de nuestro único hogar: el planeta.